90-60-90 ???

Desde muy chica sufrí la discriminación por no estar dentro del modelo de cuerpo tradicional… quién demonios dijo que eso era la perfección?. Investigué un poco y encontré que esas eran las medidas de la Venus de Milo en los parámetros de belleza de la Antigua Grecia.

Incluso se hablaba de las medidas de la hermosa e inigualable Marilyn Monroe, pero con solo ver sus fotos se sabe que es una mujer curvilínea y orgullosa de serlo.

En fin, me torturaron desde cualquier punto de vista, era gorda hasta para las personas que tenían mas sobrepeso que yo, algo que no puedo comprender. Con que caradurez molestas a alguien que está en tu misma situación y a su vez tiene menos sobrepeso que tú?.

Recuerdo mi época de deporte, porque a pesar que alguna mente neardenthal piensa que solo comemos, en realidad hay múltiples factores por los que una persona no puede adelgazar. Puede ser un tema hormonal o genético y eso va mas allá de una mala alimentación.

Yo hacía karate y a los 15 años ya era cinturón negro, o sea deben imaginarse la exigencia de mi entrenamiento. Sin embargo no era delgada ni estaba cerca de serlo.

Reconozco mi admiración por las formas de vestir de las nuevas generaciones. Hay adolescentes que usan shorts, polleras, minifaldas mostrando su cuerpo con orgullo sin importar su tamaño.

En mis años de juventud (por un momento envejecí) ni pensar en utilizar ropa que te pudiera mostrar sexy… eras gorda, no tenías derecho de sentirte y verte bonita.

Recuerdo en quinto de una escuela, la frase de un compañero que aún retumba en mi cabeza:

– “Paola es bonita, lástima que es gorda“

A qué llevó todo esto?, bueno, trastornos de alimentación, no comer por días, entrenar con solo un vaso de agua en el estómago, darme atracones los fines de semana… porque era el único día donde estaba toda la familia y no quedaba otra que comer. Ahí salía la fiera que devoraba todo lo que encontraba.

¿Quién es culpable de hacerme sentir así?. ¿Yo?. ¿Mi madre?. ¿O un grupo de personas que a pesar del paso de los años sigue con el mismo patrón de belleza?.

Hablo de un “grupo” y no “la sociedad” porque como en todo hay dos bandos. Quienes buscan el cambio positivo y quienes lo resisten.

Hay cierta perversidad en señalar los defectos del otro y en tu vulnerabilidad… lo aceptas. por el simple hecho de “pertenecer”.

Estoy segura que si algún ex compañero de clase leyera este artículo diría:
– “Pero en qué momento te discriminamos¿?“.

Esa pequeña habilidad que es no demostrar emoción alguna ante la persona que ha depositado en mi su frustración disfrazada, es algo que hasta el día de hoy conservo.

Te conviertes en tu única amiga, ya que nadie lo habla. Te ves fuerte ante los demás porque si demuestras que te duele… los insultos y las bromas no paran.

Solía refugiarme en la música, jamás salía de casa sin mis walkmans. Todo servía a la hora de evitar lo que mis vecinos me gritaban.

No sé en que momento… exploté.

Mi mente dio un vuelco y se dio cuenta que soy hermosa a mí manera. Llevo una vida sana, mi alimentación es la que debe ser, con los gustos que cualquier ser humano merece.

Fue un día de invierno, bajé del bus caminando hacia mi trabajo. Un grupo de hombres me vio pasar y uno de ellos no quiso dejar pasar la oportunidad de gritarme:

– “Gorditaaa“.

EXPLOTE.

En mis adentros dije BASTA!!… me di media vuelta y lo enfrenté. Ese único hombre recibió años de bromas e insultos de mi adolescencia, años de dolor guardado, años de bronca.

Su respuesta fue un engendro del machismo mas intolerante y obsceno:

– “¿Quién te va a tocar a vos Gorda?”.

Cabe destacar que este hombre no era delgado, ese día armé un caparazón y hasta la fecha si alguien se mete con mi cuerpo… respondo.

Eres tú contra el mundo, nadie te defiende, por que aquellas personas que despotrican contra la discriminación son las primeras en burlarse de una persona con sobrepeso.

Este tipo de gente se estanca… se pudre en el tiempo, sin haberse conseguido una vida propia, dependiendo de un grupo de idiotas que ni siquiera se sostiene por si mismo.

Mi amor propio me enseñó esto.

Yo me gusto, con mi altura, mis caderas, mis cachetes… porque debería importarme la opinión ajena?.