Corría el año 1998. Hugo Chávez ganaba por primera vez las elecciones en su Venezuela Bolivariana. Aquí en San Marcos Sud nuestra morocha argenta intentaba terminar su jornada laboral temprano.
Cumple años su mejor amiga Elizabeth. Nacieron el mismo día, 27 de Diciembre de 1982, Elizabeth por la tarde y Fátima por la mañana.
Fueron juntas al jardín, a la primaria y a la secundaria. Se miraban y se entendían perfectamente .
Ese día de cumpleaños, sobre la marcha Elizabeth avisa que no festejará por primera vez su cumple…el cumple de ambas…el de toda la vida.
Fátima se llena de impotencia, de dolor, de tristeza. Llega a su casa y cruza una mirada de desazón con su madre.
Un impulso, quizás, disparó a Fati a la casa de su amiga, se acercó y escuchó música, risas y baile… La intuición de la morocha no falló.
Golpea la puerta, abre Elizabeth. Sorprendida, Fátima con los ojos rojos de furia sólo atina a preguntar ¿Por Qué?…
Elizabet – “Ya no es lo mismo, Fati, vos estás siempre ocupada, casi no se nada de vos… No nos contamos nada, no hablamos…”
Fátima, destrozada, giró sobre su eje y soltó… “Jamás debiste mentirme” y se fue.
Llegó a su casa y la madre la miró entendiendo que algo malo sucedía. No preguntó nada, no era el momento.
Fátima corrió a la habitación, llorando, sabía que esa noche iba a ser muy larga. Muchos recuerdos compartidos, el sueño nunca llegaría.
Pasan los años, las heridas se van cerrando quizás… Fátima culpó por muchos años a su amiga Elizabeth de semejante traición.
Quizás, nuestra heroína cordobesa con el tiempo comprendió que el trabajo y las obligaciones, a veces, alejan a las personas más queridas, aún sin darse cuenta.
Fátima necesitaba trabajar para colaborar con la familia e incluso en sus horarios libres llevaba a adultos mayores a hacer fisioterapia.
El tiempo ayuda, hoy Fátima y Elizabeth se hablan… Jamás será la misma relación porque Fátima no perdona una mentira semejante… El trato entre ellas es agradable y por supuesto jamás volverán a hablar de ese cumpleaños feroz.
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Lomas de Zamora, Buenos Aires.
Historias tristes de amistades truncas…a todos nos pasó alguna vez !!!…el tiempo ayuda a curar heridas.
Muy buena historia hermosa desgraciadamente en la vida real esa es una cruda realidad púes las múltiples ocupaciones terminan siempre por separar a los amigos y también desgraciadamente sucede con la familia
Lamentablemente si Francisco