A veces la vida te plantea una disyuntiva difícil de analizar, todos queremos tratar de ayudar a las personas que queremos pero las situaciones se tornan complejas por momentos y no sabemos cual es el mejor camino a tomar…

Ejemplos sobran:

-Nora sufría por su amiga que inventaba situaciones para hacerse la víctima.

-Alejandra padecía secuelas del pasado con su novio quien no hacia terapia por que decía que no estaba loco.

-Macarena le había logrado hacer ver a Julia que su pareja era un psicópata controlador pero ella volvía una y otra vez a esa relación tóxica.

-José aconsejo millones de veces a Lucas para que no se deje humillar en ese grupo de “amigos” que lo hacia centro de la burla y el escarnio.

-Raquel batalla con Joaquín quien no quiere dejar las drogas a pesar de prometer una y otra vez que lo haría.

-Fabiana ya no sabía que hacer con su amiga Brenda quien volvía con su ex a escondidas, un camionero mujeriego que siempre la amenazaba con suicidarse si lo dejaba.

-Norma que decía que tenia el marido perfecto por que la llamaba cada tres horas y la acercaba en auto hasta la carnicería y hoy le clavo una perimetral por intentar secuestrarla.

-Azucena que se enamora perdidamente de hombres huecos y violentos pensando que son intelectuales y mansos.

Cientos de casos, cientos de experiencias complejas, bravas, en donde el consejo trata de mejorar la vida del amigo, amiga, padre, hermano, pariente.

La pregunta que a veces surge es… si veo que no puedo ayudar… debo seguir planteando las ideas lógicas que no llegan a ningún destino?.

Nos transformamos en malas personas si nos apartamos a un costado porque vemos que no podemos colaborar y que todo cae en saco roto…?

Creemos que no, quizás, que tratamos de asistir pero eso absorbe tal cantidad de energía que nos va secando las pilas del Alma.

Cada persona sabe su límite para esa energía malgastada, el aguante que tiene ese corazón solidario.

Seguiremos brindando la mano cálida para colaborar, la calidad de persona no debe cambiar. Las circunstancias no siempre son las mismas y las perspectivas cambian cuando la gente se involucra…

No es lo mismo estar en el medio del océano que mirar la realidad desde la orilla, sequitos y calentitos.

Vive, Respeta, Empatiza, Agradece… con la vista clavada en el Horizonte de los Sueños, pero con los pies firmes sobre la Tierra.

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Rita Chirino

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