El año próximo es una bisagra dentro de la política nacional de nuestro País.
Dos modelos en juego, dos miradas de la vida, del Estado, de la inclusión, del reparto distributivo, de la seguridad, de la educación y muchos más ítems.
Por un lado un oficialismo en ebullición luego del cierre del acuerdo con el FMI. Una suerte de “Albertismo” empoderado en algunos gobernadores amigos, algunos intendentes y algunos sindicatos cercanos.
Aparecen también las figuras medulares de Cristina, La Cámpora y Máximo como un tren desbocado que se quiere llevar por delante el ritmo de la historia argentina.
En el medio, silenciosamente, la figura de Segio Massa logra un equilibrio que le permite visitar ambas orillas: la brava y la mansa.
El único camino posible sería dirimir en las PASO todos los cargos, desde los más pequeños hasta los más importantes… Teniendo en cuenta que Cristina es muy afín a la “lapicera”, esta forma de reparto también va a generar muchas polémicas.
Por el lado de la oposición hay un radicalismo que intenta dejar de ser un convidado de piedra para tomar decisiones importantes. La figura de Manes produce un efecto seducción en electores independientes y el apoyo de varios gobernadores de la UCR fundamenta esta decisión tracendental para el centenario partido.
El PRO batalla en internas de halcones y palomas, con diferencias de modales pero no de una ideología marcada por bajar la participación del estado en la economía argenta.
La aparición de una figura nueva como Milei arrastra jóvenes que no creen demasiado en la política y desencantados que alguna vez creyeron en formas más menemistas de la construcción política.
Hablan bien de la convertibilidad, leen filósofos negacionistas, usan camperas de cuero y tienen raros peinados nuevos.
Tuvieron una buena recepción en CABA pero no se ve que puedan unificar un partido nacional en todos los distritos. Es un fenomeno más televisivo que presencial… Los favorece el alto tono de voz y los petardos mediaticos como tirar billetes falsos en un set televisivo o amenazar con dinamitar el Banco Central.
La Izquierda nacional deambula en tratar de construir una verdadera opción de poder y sigue atada a los dogmas de hace 50 años, sin proponer aún como gobernar.
La dicotomía de siempre entre lo ideal y lo real… Toda la izquierda latinoamericana con verdadera vocación de gobernar, en algún momento debió realizar alianzas y bajar a la realidad las ideas de café.
Lo tuvo que hacer Lula en Brasil o el Frente Amplio en Uruguay… De lo contrario van a sumar algún diputado más o un senador pero sólo será algo testimonial.
Como telón de fondo de lo que viene, una inflación acelerada que saca la noción de precios en la Argentina… Una rosca de pascua puede valer $500, $750 o la increíble suma de $1000.
Es importante tratar de frenar este espiral ascendente para que le alcance el dinero a los trabajadores de la economía informal que no tienen acceso a paritarias.
Parece que para el recambio presidencial falta mucho tiempo, pero la realidad va más rápido que el calendario… Todos están pensando únicamente en como posicionarse y seducir un electorado descreído y por momentos… Desilusionado.
Nuestra Democracia argenta debe buscar variantes para dar soluciones y trabajo a la población, poder manejar la escalada de precios, navegar en aguas de tranquilidad respecto a las metas del FMI, superar futuras crisis energéticas provocadas por la guerra y cuidar los recursos naturales.
En el mundo va a faltar agua y alimentos… Y la Argentina está fuertemente abastecida de estos insumos.
Como decía la canción de Fito: “…Multiplicar es la Tarea…”

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Rita Chirino
El analisis de lo que viene…
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