Cuando hablamos de bullying hacemos referencia al acoso físico y/o psicológico que unx o más niñxs ejercen sobre otrx en el ámbito escolar.

En edades tempranas como las de pre-escolar es cuando comienza a definirse la identidad del niñx. Se vuelven más conscientes de las diferencias y la existencia de un mundo distinto al de casa. Estas diferencias pueden llegar a ser tomadas como algo natural, o como algo negativo.


Desde estos momentos podemos observar conductas, que de no ser atendidas pueden encaminarse hacia el hostigamiento. Pueden surgir juegos y conductas con la intención de excluir o de instalar ciertos roles.

Es también una etapa en la que comienza a desarrollarse la empatía. Aunque no podemos generársela nosotrxs, pues se trata de un proceso madurativo, sí podemos fomentarla conversando y acompañandolx.

Por supuesto, son muchos los factores que intervienen y no únicamente nuestra mediación. La escuela también es clave en esto, lxs maestrxs deben poder observar estos comportamientos y trabajar sobre ello para evitar situaciones más graves (ESI)

Ahora bien, ¿Cómo saber si nuestrx hijx es agredidx si no nos cuenta?

Podemos detectar algunas señales de alarma tales como:

  • De repente tiene pocas ganas de ir al jardín
  • Se vuelve introvertidx
  • Ya no quiere jugar con un niñx que antes era su amigx
  • Trae heridas que no puede explicar.
  • Dice cosas malas sobre sí mismx como soy fex soy tontx

¿Qué podemos hacer nosotrxs como familia?

– Explicarles sobre esto, que le pasa a muchxs chicxs y que el error no es de él/la sino de quienes ejercen el acoso.

– Que se sienten insegurxs y necesitan burlarse de otrxs para reafirmar su identidad.

– Que si se siente mal puede decirles que no lo hagan más, ignorarlxs o avisarle al maestrx.

– Que todxs somos diferentes y eso está bien.

– Y que lx amamos como es y siempre va a poder contar con nosotrxs.

En cuanto a quienes abusan:

  • Es importante conversar con ellxs a repetición. 

  • Estar atentxs a cómo es su conducta al estar en grupo.

  • Hacer énfasis en que todxs somos distintxs y en que no tenemos derecho a señalar o criticar a nadie.

  • Seamos ejemplo, si desde el discurso planteamos todo esto, pero nos escuchan hablando despectivamente de alguien por su aspecto es contradictorio y la imitación es clave en el aprendizaje.

  • A su vez, es importante empatizar con las necesidades de las infancias y no acudir a la violencia física ya que, además de ser un abuso, es un método ineficaz, subestima al niñx, la obediencia se consigue solo en presencia y genera temor, ira y frustración sin aprender de dicha experiencia nada bueno (además de naturalizarse dicha forma de vínculo)

Por último, si no se interviene, estos comportamientos se pueden internalizar y, más adelante, cuando el niñx logre organizar su conducta puede llegar a ser una situación real de acoso.

La prevención y erradicación del Bullying es posible creando un ambiente seguro y de confianza por parte de sus cuidadores.

Lic. Vanesa Mattazzi
M.N. 61013
@soy.psicoymama

COCINA AGUSTINA

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