Nací en los 60. Crecí en los 70. Me formé en los 80. Comencé mi familia en los 90. Aprendí mucho en los 2000 y Descubrí nuevas formas de avanzar en los 2020… he vivido en 7 décadas, dos siglos y dos milenios absolutamente diferentes.

He pasado por el teléfono de disco y teclas, al celular táctil. Desde el tocadiscos de acetatos, hasta las descargas digitales. De las cartas de papel y sobre, al correo electrónico y WhatsApp. De la viruela, papera y sarampión, hasta el Covid 19 y sus distintas variantes.

Capítulo I
Años 60… «Prohibido prohibir». Años 70…» Paz y amor»

Nací en el año de 1963. Movimiento de hippies, música psicodélica y pacifismo. En un lugar donde los aragueyes con sus flores amarillas regalan eternamente otoño.

Me caracterizaba mi espíritu crítico, preciso y metódico, nada convencional. Con diseños geométricos, botas altas, estampados florales y una melena cardada de rulos.

En esos tiempos aprendí a expresar lo que pensaba y sentía. A redactar construyendo con palabras; historias, situaciones y sueños. A llenarme de inspiración y transpiración, armando y desarmando los terrenos para la creatividad, sin represión, ni censura.

Mi relación con las letras, me convirtieron en una autora de diálogos. Me alimentaba de reflexiones y paradojas, preguntándome -¿dónde colocar cada solución a mis grandes dilemas?-.

Habían días en los que sólo necesitaba silencio, y mirar amaneceres. Le pedía al universo que me regalara todos sus; rosados, lilas y naranjas. Que no rompiera con los grises mis ilusiones.

Le apostaba al amor hasta el final aunque solo obtuviera hojas secas, en lo que una vez fuera primavera y promesa.

Capítulo II
Años 80… «Bro, padrear, crush, random, troll…» y Años 90… «Flashear»

Era común ver los 80 personificados en la figura de mis outfits. Lucía mi moda oversize, con chaquetas y jerséis, acompañados de cinturones gruesos por debajo de la cintura. Traía siempre de vuelta el decenio de la música rock, el punk, las púas, las tachuelas, los tatuajes, los zapatos converse, los discos de vinilo de Madonna, los cassettes y los jeans desgastados.

Han pasado ya 43 años de aquello y a veces insisto en quedarme en esa época. Era divertido verme pasear por las tardes con mis calentadores de colores y sus grandes hombreras; sin dejar de lado mis zarcillos extravagantes y sus pulseras de liga negra para completar el look. Mi peinado no quedaba fuera de la tónica, al igual que mi walkman para hacerlo aún más vintage.

En 1990 ya era una responsable profesional universitaria. dedicada a las letras y al arte. Me casé dos veces1 en la misma década. Esas uniones estuvieron llenas de muchas subidas y bajadas. No todo estuvo perdido. De esos compromisos, nacieron dos verdaderos amores que hoy completan mi vida.

Capítulo III
Años 2000 …»Quemar el disco» y Año 2023 … «Youtube, Community Manager y redes sociales»

Los años anteriores fueron remoción, locura, esnobismo, misterio y peligro. Esa chispa que me hizo olvidar un montón de razones. Mientras que el 2000 se encargaba de revolcar la calma, la seguridad y el respeto a toda ley divina.

Estas etapas generaron en mí mucha confusión. Eran dos mundo diametralmente opuestos. Una mezcla de suma y resta, de bien y mal, de afirmaciones y también de consecuencias.

Hoy después de tantas caídas, sigo reparando un amor propio emocionalmente inteligente conmigo misma, dando un sí rotundo a todo lo que sume entorno a mi paz.

Esta década comenzó con pandemia, y luego de tres años sigue teniendo efectos para el mundo provocando un fuerte impacto socioeconómico.

Concluyo hasta este 2023 que volé de acompañante en un avión Mentor T34, y ahora espero ver a través de las redes el SpaceX de Elon Musk que irá al planeta Marte.

Que gran viaje ha sido mi vida… tuve una niñez analógica y estoy teniendo una adultez cibernética. Superé los 20, pasé por los 30, 40, 50 hasta llegar hoy a mis 60 vueltas.

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